A la iglesia de Dios que está en “____________”, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. (Reina Valera, 1960, 1 Corintios 1: 2, 3).
En estos días he meditado en mi corazón lo siguiente. Cuantas veces hemos escuchado predicaciones o comentarios sobre todas las bendiciones que Dios tiene para nosotros, nos hablan de prosperidad en todos los aspectos, ciertamente hay predicadores que los mensajes que transmiten al pueblo de Dios se rigen o se mueven en la prosperidad, y sin ser mensajes de motivación, salimos bien motivados dispuestos a todo, pero llega el lunes y ¿Qué es lo que puedo hacer? ¿El mensaje era para mí? ¿Sera cierto? ¿Esto funcionara? Probablemente estas preguntas y muchas otras nos surgen debido a que no tenemos la idea clara o la certeza del lugar que ocupamos dentro de la creación de Dios y sobre todo la relación que hay entre Dios y cada uno de nosotros. En un momento de nuestra vida alguien nos dijo lo siguiente: Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios (Reina Valera, 1960, Juan 1: 12) y nuestro corazón latió como nunca. …los días pasaron ¿Y? ¿Qué sigue?
Hoy les escribo para que recordemos el lugar que ocupamos dentro de toda la creación o el puesto que ocupamos dentro del reino de Dios, ¿El lugar que tenemos es de honra? Porque en donde nos desarrollamos de manera profesional, en la empresa que fundamos o dirigimos, en el negocio que emprendimos, o simplemente en donde trabajamos, recibimos un sueldo, unas prestaciones, tal vez regalías bonos, etc. que se nos otorgan según el puesto y la responsabilidad que llevamos a cabo. En fin cada uno recibe lo justo según el lugar que ocupan dentro de la organización, pero también entre mayor sea el lugar ocupado, la responsabilidad adquirida es mayor, así mismo, según el cargo que tengamos o la posición dentro de la organización en la que laboramos, tendremos personal a nuestro cargo pero también tenemos jefes, y como los que están a nuestro cargo tienen que realizar las actividades que les mandemos, nosotros tenemos que seguir las ordenes que nos indican nuestros superiores.
¿Yo y tú que lugar tenemos dentro de la creación? Veamos lo que Dios realizo en el principio de los tiempos: empecemos con Dios. En el principio creó Dios los cielos y la tierra (Reina Valera, 1960, Génesis 1: 1). Esto nos habla de que Dios está en la parte superior de toda la creación, bueno creo que esto todos lo sabemos. Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre para que lo visites? Le has hecho poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de honra (Reina Valera, 1960, Salmos 8: 4, 5). Esto nos habla de que la organización continúa de la siguiente manera; Dios en primer lugar, los ángeles en segundo, y después el hombre, prosigamos. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra (Reina Valera, 1960, Génesis 1: 28). A lo antes mencionado le agregamos a toda la creación donde el hombre es el encargado. ¿Y el enemigo en donde quedo? Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad de tus contrataciones profanaste tu santuario; yo, pues saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió, y te puse en ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran (Reina Valera, 1960, Ezequiel 28: 18). Recapitulando, Dios en lo más alto, los ángeles después de él, el hombre debajo de los ángeles y sobre toda la creación, y el enemigo en cenizas y regado en toda la tierra, esto era bueno.
Después de la desobediencia del hombre, el orden se movió o mejor dicho decidimos tomar un lugar que no nos correspondía. Algo así como si fuéramos los hijos de un gran empresario y ya tuviéramos la edad para laborar y en nuestro haber contáramos ya con un titulo que nos respaldara, no solamente el del hijo del dueño. Nuestro papá nos ofrece una oficina a un lado de la de él, y nosotros hablando con el gerente de personal le decimos “es que yo quiero empezar desde abajo, de niño no me lavaba los dientes cuando él me decía y creo no merecerlo, además quiero tener la menor responsabilidad posible”, por tal motivo decidimos darle nuestro puesto a el enemigo. En los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, (Reina Valera, 1960, Efesios 2: 2). De tal forma que la organización para esos tiempos quedo de la siguiente manera, no porque Dios lo quisiera, sino porque así el hombre lo decidió: Dios seguido por los ángeles, el enemigo junto con la creación, y el hombre debe empezar desde abajo, poco a poco (no me crees, has visto a hombres postrándose frente a pedazos de madera, de piedra o de metal, o ante algún animal o persona, o peor aún ante el enemigo, yo si he visto situaciones así). Como en el lugar en el que laboramos, todos servimos al que tiene una posición mejor que la nuestra.
Dios en su misericordia envío a Jesús, y él nos da un lugar más honroso del que nos habíamos puesto, nos dice que además de que tenemos la capacidad de ocupar esté lugar, el ya no se acuerda de aquellas situaciones que no nos permitían sentirnos merecedores del lugar reservado para nosotros. Esta es la organización actual. Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios (Reina Valera, 1960, Apocalipsis 22: 9). Esto nos indica lo siguiente: Dios como siempre en primer lugar, los ángeles y los creyentes en Cristo Jesús en segundo lugar. Y el Dios de paz aplastará en breve a satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro señor Jesucristo sea con vosotros (Reina Valera, 1960, Romanos 16: 20). El enemigo debajo de nuestros pies junto con toda la creación, aquellos hombres que no han creído, haciendo obras para subir de posición.
Con esto que quiero decir, algo bien simple, si tú tienes alguna situación que no puedes resolver le puedes pedir a Dios que mande a sus ángeles y ellos harán lo que Dios les mande, así también si los ángeles requieren que les ayudes Dios te moverá para realizar alguna acción en favor de alguien. Te menciono esto para que tengamos conciencia de que dentro de toda la creación yo y tu tenemos un lugar honroso y una responsabilidad grande, además el camino que tenemos para llegar a Dios es más corto del que en ocasiones nos imaginamos, la petición es directa a través de Jesús, sin intermediarios, también tenemos el mandato de extender nuestra mano hacia los hombres que aún no conocen la verdad, para que ellos puedan también ocupar este mismo lugar, toma en cuenta que el que ayudes a otro hombre a llegar al mismo “puesto” que tú tienes, no pone en riesgo lo que tú has obtenido, mejor dicho te da bonos extras y nuevas prestaciones.
Entonces la mujer dijo a “____________”: Ahora conozco que tú eres varón de Dios, y que la palabra de Jehová es verdad en tu boca (Reina Valera, 1960, 1 Reyes 17: 24).
Bendiciones.