La Epístola del Apóstol San Pablo a los Filipenses es uno de los libros del Nuevo Testamento en la Biblia cristiana.
Fue escrita por el apóstol Pablo mientras estaba encarcelado, posiblemente en Roma, alrededor del año 60-62 d.C.
En esta carta, Pablo expresa su agradecimiento y cariño hacia los filipenses por su apoyo y contribución a su ministerio. Además, les anima a mantener la unidad, a regocijarse en el Señor y a vivir de manera digna del Evangelio de Cristo. La carta también contiene importantes enseñanzas sobre la humildad, la alegría en todas las circunstancias y la confianza en la provisión de Dios.
La Epístola a los Filipenses tiene cuatro capítulos y es conocida por su tono de gozo y gratitud, a pesar de las dificultades. Es una carta que ofrece aliento espiritual y guía para los creyentes, abordando temas como la fe, la gratitud, el servicio y la confianza en Dios en medio de pruebas y tribulaciones.