La Tercera Epístola de San Juan Apóstol destaca la importancia del amor, la verdad y la unidad dentro de la iglesia, mientras advierte contra el orgullo y la actitud divisiva representada por Diótrefes.
La Tercera Epístola de San Juan Apóstol es una carta breve y personal dirigida a un individuo llamado Gayo. En ella, el autor, que se identifica como "el presbítero", expresa su alegría al enterarse de que Gayo sigue fielmente los mandamientos y demuestra amor hacia los hermanos, lo que confirma su testimonio de que Gayo camina en la verdad. Este elogio inicial sugiere que Gayo es un miembro destacado y respetado dentro de la comunidad cristiana a la que pertenecen.
Sin embargo, la carta también aborda un asunto preocupante relacionado con Diótrefes, quien parece tener una actitud arrogante y autoritaria dentro de la iglesia. Diótrefes se niega a recibir a los hermanos enviados por el autor, incluso llegando al extremo de expulsar a aquellos que desean hacerlo. Esta situación plantea un conflicto dentro de la comunidad, ya que el autor exhorta a Gayo a no imitar las malas acciones de Diótrefes, sino a seguir haciendo el bien y apoyando a quienes propagan la verdad.
Finalmente, la carta concluye con el deseo del autor de encontrarse pronto con Gayo para discutir estos asuntos cara a cara. Expresa su esperanza de que la paz y la gracia de Dios estén con Gayo y todos los miembros de la comunidad.